Los mercados de época constituyen no solamente un elemento dinamizador del mundo artesanal, asociativo, cultural y artístico, sino también un impulso para el comercio y la hostelería de la propia localidad o ciudad en la que se celebren y su ámbito de influencia, contribuyendo al intercambio cultural y a la convivencia, convirtiéndose en un atractivo turístico de carácter nacional e incluso internacional.
Conscientes de esta realidad, y en base a nuestra amplia experiencia, organizamos nuestros mercados teniendo en cuenta los principios básicos de:
- Variedad
- Calidad
- Respeto a la actividad artesanal y al comercio local
- Diversidad de orígenes
- Diversidad de culturas
- Ambientación y vestuario acorde
Procuramos respetar siempre la singularidad y diferenciación, teniendo en cuenta aquellos aspectos propios de la localidad o ciudad, acompañado por un completo y variado programa de animación y espectáculos, espacios interactivos, juegos, talleres demostrativos y participativos, para atraer y entretener al público.